No sabría decir cuándo me enamoré de Gael Herrera, pero me gustaría saber cómo hacer para dejar de hacerlo.
Enamorarse de un hombre heterosexual es un error de principiante. Pero enamorarme de mi mejor amigo, que pronto se casará con una mujer, no es más que dolor.
A lo largo de todos los años, y de todos los hombres con los que he tonteado, él siempre ha estado en el fondo de mi mente. Un enamoramiento no correspondido del que me gustaría deshacerme. Un sueño que nunca se iba a hacer realidad.
Cuando lo llevo a una despedida de soltero sorpresa en Las Vegas, me rindo a la idea de que es una oportunidad para dejar de lado mis sentimientos por él y decirle adiós.
Pero tras un acalorado intercambio y un beso aún más ardiente, todo lo que creía saber sobre nuestra amistad cambia.
Tal vez me equivoqué. Tal vez, después de todo este tiempo, éramos más que mejores amigos. Tal vez, solo tal vez, él también lo sentía.