La mañana después de la ruptura más épica del mundo, Luc se encuentra mirando a los ojos marrones más hermosos que jamás haya visto en su viaje al trabajo. Solo su suerte, pertenecen a un mastín napolitano que lo mira por la ventana trasera de un Honda. Luc toma una foto para su colección de Instagram de caras de perros increíbles y luego se da cuenta de que el conductor del automóvil lo mira por el espejo retrovisor.
Convencido de que le van a gritar (o algo peor), Luc sale de allí y se dirige a su trabajo como técnico veterinario en una clínica de urgencias. Publica la foto en el almuerzo y, cuando llega a casa, tiene más de mil Me Gusta y un mensaje directo del dueño del perro. ¿Está a punto de pasar de una ruptura cliché a ser la mejor persona linda de todos los tiempos? Luc no está conteniendo la respiración, pero cuando el guapo profesor lo invita a almorzar para que pueda conocer a su musa fotográfica (que se llama Hrothgar, por cierto), difícilmente puede decir que no. ¿Correcto?