Esta isla por sí sola cuenta con más historias de fantasmas que todo Luisiana combinado.
Y yo soy una de ellas.
En los pantanos de Louisiana, las historias de fantasmas son una parte tan importante de la infancia como perseguir luciérnagas y pescar cangrejos. Sin embargo, nunca me asustaron mucho, ni la posibilidad de que el mal me hiciera daño. Hasta la noche en que vi sombras cobrar vida y masacrar todo lo que amaba.
Con la ayuda de un extraño, logré escapar a un lugar aislado kilómetros al norte y, con el tiempo, me convertí en mi propia historia de fantasmas. Una advertencia para los lugareños.
Pasó casi una década, antes de que regresara a mi lugar de nacimiento, con la esperanza de descubrir respuestas tan esperadas. En cambio, encontré algo que no estaba buscando. Alguien. Un remedio para mi soledad.
O eso pensé.
Resulta que Thierry Bergeron no es un elixir. Es un veneno mortal, maldecido por los demonios de su pasado y temido por quienes lo llaman el escurridizo Rougarou del pantano. Un pícaro tortuoso, cuyos susurros seductores y manos ásperas acechan mis sueños. El gran lobo feroz que me corrompe sin disculpas ni remordimientos.
Debería resistirme a él, pero no puedo.
Y cuando las sombras regresen para reclamarme, su oscuridad es el único lugar seguro para esconderse.