#1
¿Qué tienen en común los sexy señores de las hadas, un vampiro asesino y un misterioso castillo?
Una servidora.
Sí, no, no planeé esto.
Cuando mi mejor amiga y yo abrimos una fabulosa pastelería, planeé vivir una larga vida metiéndome magdalenas de calabaza en el estómago y quemándolas durante mis clases de defensa personal.
Pero cuando un castillo lleno de inmortales ridículamente hermosos apareció en la línea de ley que atraviesa mi pequeño pueblo a las afueras de Nashville, mi vida cambió.
Mucho. Como mucho, mucho.
Debido a una antigua maldición, los inmortales no pueden salir del castillo sin convertirse en cenizas. Pero cuando el señor de los faes más poderoso utiliza su poder de seducción para atraerme, para alimentarse psíquicamente de mi aura, consigue salir del castillo
por primera vez.
Ahora los faes quieren toda mi sangre supuestamente especial para romper la maldición. Hasta que no pueda empujar a los inmortales de vuelta al agujero mágico del que salieron, mi vida está perdida.
Tengo un plan. Pero dicho plan no tiene en cuenta los locos sentimientos que estoy empezando a tener por el alfa del grupo...
#2
Siempre pensé que, si tuviera poderes mágicos, la vida sería un pastel.
Pero es un error.
Mi pareja predestinada es enemigo de mi especie, tengo días para averiguar cómo evitar que se convierta literalmente en humo, y en cualquier momento una de mis oleadas de magia hará que mi corazón se descontrole y me fulmine. Si no aprendo a controlar mis habilidades de maga pronto, estoy muerta.
Pensaba que si me juntaba con otros magos se solucionaría todo, y que encontraría a una chica radical que me ayudaría a entrenar al estilo épico. Pero parece que me he quedado con mi mejor amiga y con mi pareja predestinada en un reino oculto donde los de mi clase están esclavizados por la eternidad.
¡No es genial!
Este no es el entrenamiento que esperaba. Y con cada día que estamos lejos del castillo maldito, Lucus y sus hermanos se debilitan más. Si no conseguimos salir de este espeluznante reino de hadas británico, todos nosotros -los chicos del siglo XVI y las chicas modernas- seremos historia.
#3
Un dragón. Una retorcida maldición. Y un final que rivaliza con la gloria de los croissants de chocolate.
Solía pensar que los bollos quemados y el pelo feo te fastidiaban el día. Cuando un dragón sale de un agujero en Main Street, me doy cuenta de que es hora de revisar esa definición.
Rompí la maldición del Duque Mago, pero el hechizo oscuro no ha desaparecido. En su lugar, el lanzamiento se transformó en una cosa como un dragón sin patas que quiere comerme.
Lo he clavado.
Y para rematar este sándwich de mierda, la reportera local del pueblo ha decidido levantar una turba contra mí.
Tengo mucho trabajo de magia que hacer, amigos. Envíen rosquillas.
